Portales y Balmaceda: Paralelismos

Aunque la Sinarquía los hace parecer como antagonistas son dos hombres-arquetipos de un mismo espíritu telúrico, con un mismo ideal en la sangre, con los mismos enemigos y hasta un mismo destino trágico-heroico.

Diego Portales no era conservador, sino un Noble. La Nobleza o Aristocracia no es condición económica o social, sino cualidad del Espíritu.

Portales no es conservador pero entronca con un grupo político que es opositor a los liberales progresistas. Desde ahí “los trabaja” y los moldea, “perfecciona la materia prima para dejarla andando”, es un artesano social, que llega a ser arquitecto de la República.

Portales se encontró en su entorno con los mismos problemas que el Corregidor Zañartu en su época: vilipendiado por la fronda criolla, poco preocupada del destino histórico de Chile como país llamado a ser grande. Lo traicionaron desde dentro, lo que le ha pasado a los grandes hombres de este país.

Portales tampoco era católico, ni menos manifestaba una actitud sacralizante hacia la casta clerical. Al contrario: se alejó de la iglesia tras la muerte de su esposa e hijas, llegando a maldecir a Dios por habérselas arrebatado. Pero si creía firmemente que la Iglesia podía enderezar a los hombres por un camino recto o al menos mantenerlos fuera de influencias pro liberales y decadentes. Un Estado unificador necesita de una referencia moral sólida.

El ideal que se impuso en 1833 no fue el ideal conservador, sino el ideal del Espíritu Chileno. Un texto que cerraba la etapa de los ensayos constitucionales proclamando un nuevo orden político y social inspirado en la realidad del ser nacional y sus posibilidades. No un texto utópico como el de los pipiolos, ni un texto de clase explotadora como desvirtúa la leyenda negra.

Para Nietzsche la Verdad es el triunfo del Poder, lo que para Portales es La Fuerza de los Hechos, es decir: el Espíritu Telúrico CONCRETA, pisa tierra si se lo propone. Y cuando Chile pisa fuerte cambia el rumbo a todas sus latitudes. El mes de Chile es Septiembre, Chile es Virgo, elemento TIERRA, símbolo VIRGEN. Es individualista por su posición y condición Aislada. El objetivo principal de un Movimiento político Nacionalista es Recuperar la INDIVIDUALIDAD ABSOLUTA DEL SER NACIONAL para volver a su Esencia y Conquistar un Espacio Liberado fuera del COLECTIVISMO COMERCIAL/SOCIALISTA GLOBAL, pero INFLUYENDO CON SU ETHOS y FUERZA ESTRATÉGICA AL MUNDO.

Balmaceda cree en la separación del Estado y la Iglesia, sin embargo hace lo imposible para tender puentes con la Iglesia por el ideal de unidad y hacer grande a Chile. También hace lo imposible para unir a todos los liberales bajo un partido y a los conservadores patriotas. Al final TODOS lo abandonan.

La República que Portales legó a los pelucones tiene vocación de Estado, desde la planificación del Estado portaliano se midió y estudio el país, su flora, fauna y geografía, para explorar todas las posibilidades de grandeza económica y ganar posición continental. Desde el Estado portaliano se impulsa la obra pública de Educación, acceso a la Universidad y Ciencias. El Estado contrató a destacados profesionales, científicos e intelectuales extranjeros como Claudio Gay, Ignacio Domeyko, Lorenzo Sazie, Mauricio Rugendas, Armando Pissis y Alejandro Cicarelli para aportar con su conocimiento al desarrollo de la naciente República.

Balmaceda busca continuar -consciente o no- con el ideal fundacional de los jóvenes estanqueros, pero con la mirada puesta en los desafíos de su época: pretende el fortalecimiento de la Educación pública, la modernización de los principales puertos de Chile y el desarrollo económico en base a la soberanía nacional junto a un gran plan de obras públicas.

A Balmaceda lo derrocan por intentar salvar al Estado portaliano del liberalismo inglés que los conservadores ya corrompidos por el dinero y el poder introducen en el país. Los que descuidan a la República y abandonan su condición de Estado forjador fueron los mismos que una vez la construyeron.

La “revolución conservadora” contra el Presidente Balmaceda trae consigo la partitocracia parlamentarista y la plutocracia extractivista (ni siquiera un capitalismo industrial) durante décadas.

En este punto podemos decir que tanto la revolución liberal izquierdista de 1851 como la revolución liberal conservadora de 1891 son antichilenas y responden a directrices extranjeras.

Portales luchó contra el materialismo político (de los liberales), Balmaceda luchó contra el materialismo económico (de los conservadores).

A ambos les tocó una etapa en la historia nacional. Una etapa de lucha contra un enemigo interno y externo, pero también tuvieron que hacer frente al desafío de plantear una renovación de ideas nuevas.

Portales no restaura el viejo orden monárquico, es Republicano pero de estirpe imperial. Es un revolucionario y un renovador de los tiempos. No cree en estar sujeto a la corona española pero tampoco a la modernidad liberal que se acerca.

Es un visionario, lo que hoy sería ser un arqueofuturista: conjugar a la tradición con las ideas del futuro.

Balmaceda no es conservador añejo pero tampoco es liberal igualitario como Bilbao.

Los marxistas se sirven de su tragedia para compararlo con Allende, así como los neoconservadores se sirven de Portales para justificar cualquier “peso de la noche”. Ven la forma pero no el fondo.

Balmaceda piensa en el destino de Chile y se anticipa a los hechos y a las épocas que proseguirá al siglo XX chileno.

Cree que la industrialización es clave para el desarrollo y poder interno de la Nación. Cree en la cohesión social para el obrero, el noble, la iglesia y el soldado.

En Portales y Balmaceda predomina lo NACIONAL Y LO SOCIAL. Pues saben que el primero y el segundo son interdependientes.

Lo nacional sin lo social invita a la revolución de izquierda, lo social sin lo nacional invita a la eterna reacción frondista. Se debe por lo tanto detener el ciclo que retrasa a Chile.

Lo portaliano y lo balmacedista se sitúan más allá de lo arquetípico, de las formas ideológicas predeterminadas por el eterno enemigo de los pueblos.

Estos dos prohombres de pura sangre chilena están más allá de las izquierdas y derechas.

A Portales lo secuestra el masón José Antonio Vidaurre, no al servicio de los peruanos, sino de poderes más ocultos. Lo secuestran en Junio, el mes 6 y esperan hasta el día 6 del mismo mes para asesinarlo en un sacrificio ritual.

A Balmaceda lo arrinconan esos mismos intereses décadas después. Les da su cuerpo, pero no su ESPÍRITU. El suicidio heroico y meditado para huir con valor y no como huida se equipara a la muerte heroica del guerrero en batalla.

El ideal portaliano y balmacedista se pierde en 1891. Después solo hubo atisbos de intentar recuperarlo por distintos gobiernos y personajes, pero solo fueron intentos, pues la era del Kaly Yuga ya había comenzado.

Tan grande y trascendental fue la labor de estos dos hombres y tantos los obstáculos a vencer en tan breve tiempo, que injuriados y distorsionados han sido por uno y otro sector político con afán de olvidar su legado nacional, el que hemos de desenterrar tras décadas de confusión intencionada, pero de cuyo esfuerzo depende el gran despertar de todo un pueblo.

Portales no es Conservador ni Balmaceda es Liberal, para ambos su ideal es Chile.

El Nacionalismo Chileno es Portaliano-Balmacedista.

Autor del ensayo: Jonathan González Núñez