La Guerra del Pacífico es sin duda uno de los conflictos bélicos que más ha dejado huella en el continente sudamericano, pero ¿Cómo se llegó a este conflicto? En este video veremos cuáles fueron los principales antecedentes de una de las guerras más relevantes en estos parajes, comencemos.
Límites coloniales
Dentro del Imperio Español fue muy común que se cambiaran constantemente los límites internos de sus dominios, de esta forma surgieron confusiones y desacuerdos respecto a la ubicación de la frontera además que esta siempre fue bastante ambigua. Según parte de la historiografía chilena, el límite norte de la capitanía general de Chile era la desembocadura del río Loa, en donde Chile limitaba directamente con la Audiencia de Lima, ambas subdivisiones correspondían al Virreinato del Perú, a base de este límite la Audiencia de Charcas no habría tenido salida al mar. Por el contrario, los historiadores bolivianos afirman que Charcas limitaba con Chile en el río Salado y que por lo tanto le hubiera correspondido el Corredor de Atacama con costas en el Pacífico.
Independencia y uti possidetis iuris
Una vez que los países sudamericanos se independizaron, adoptaron el criterio de uti possidetis iuris el cual significa en latín “lo que posees por derecho, lo seguirás poseyendo” sin embargo, cada país interpretó de manera distinta los límites coloniales, esto en gran parte a las ambigüedades del límite heredado, algo que dio inicio a numerosas disputas en las excolonias españolas.
Cuando se independizó Bolivia, la Asamblea General de Diputados de las Provincias del Alto Perú nombró al país en homenaje a Simón Bolívar y también para evitar que éste se opusiera a la creación de la nueva república, además se le designó Padre de la República y Jefe Supremo del Estado. Simón Bolívar no veía con buenos ojos la creación de Bolivia ya que prefería que el “Alto Perú” fuera parte del Perú o del ex Virreinato de la Plata ya que, en los tiempos coloniales, Charcas dependió de estos dos virreinatos alternadamente y no constituyó un ente autónomo. Sin embargo, Bolívar termina aceptando la creación de la nueva república.
Bolivia busca un puerto
Al no poseer Bolivia un puerto, Bolívar comienza gestiones para proporcionarle uno a la joven república.
En Bolivia existía un alto interés por obtener los territorios de Arica, Tarapacá y Tacna, pertenecientes al Perú, el puerto de Arica era el puerto de donde salía la mayor parte de las exportaciones altiplánicas incluso en tiempos coloniales. El Mariscal Sucre y los municipios de Arica y Tacna le solicitan a Simón Bolívar que negocie con el Perú la anexión de aquellos territorios a la república que lleva su nombre. Cuando Simón Bolívar llega a Lima se encuentra con la oposición de la clase política peruana y del entonces presidente peruano Andrés de Santa Cruz quien rechaza la propuesta, más adelante él mismo presidiría Bolivia y haría la misma proposición a Agustín Gamarra quien también la rechazaría.
Paralelamente a los fallidos intentos de anexar Arica, en 1825 Bolivia proclama el puerto de Cobija como su puerto mayor, y lo renombra “Puerto de La Mar” en honor a José de La Mar.
Para Chile, Cobija quedaba ubicada dentro de su territorio, no obstante, no había interés por aquellos territorios en ese entonces además de que la clase política chilena estaba bastante ocupada discutiendo sobre si Chile sería federal o no, por lo tanto, no le dio importancia al asunto. En las primeras Constituciones de Chile, la de 1822 y 1823, se expresa que el límite norte del país era el “Despoblado de Atacama”, en las Constituciones de 1828 y 1833 se expresa que Chile abarcaba “desde el desierto de Atacama hasta el Cabo de Hornos”
Antonio José de Sucre potencia al puerto de Cobija en desmedro de Arica, ya que no consiguió su anexión.
Desde 1836 hasta 1839 Perú y Bolivia formaron la Confederación Perú-Boliviana, la cual fue disuelta por Chile y la disidencia peruana en la guerra contra esta misma.
Valoración de los territorios
En la década de 1840 se descubrieron en estos territorios grandes acumulaciones de guano y salitre, fertilizantes que empezaban a ser muy cotizados en el mercado mundial, por lo tanto, los territorios empezaron a tener mucha más atención por parte de las naciones.
En 1843 el presidente chileno Manuel Bulnes dictó una ley que declaraba las guaneras situadas al sur del paralelo 23º como chilenas. Por lo tanto, las empresas que decidieran operar en estos territorios debían, según la ley, pedir autorización a Chile, de esta manera, dicho país definió su frontera norte en tal paralelo, algo que no cayó bien en Bolivia ya que este último consideraba que la frontera se ubicaba en el paralelo 25º y oficializó un reclamo a Chile.
En 1866 en el contexto de la Guerra hispano-sudamericana, los países de la región se aliaron contra un enemigo común el cual era España, este hecho hizo posible que ese año Chile y Bolivia negociaran un Tratado de Límites en el cual la frontera se estableció en el paralelo 24º, punto intermedio de los reclamos de ambos países, pero al mismo tiempo se estableció una zona de beneficios mutuos en la cual se repartirían las utilidades guaneras y mineras en partes iguales entre el paralelo 23º y 25º.
En el Combate Naval de Abtao ocurrido durante la guerra hispano-sudamericana lucharon por el mismo bando Arturo Prat y Carlos Condell, quienes años después se convertirían en los encargados de comandar la Esmeralda y la Covadonga en Iquique. Lo mismo con Miguel Grau, a bordo de la Unión, y Juan Guillermo Moore, en el Apurimac, quienes liderarían más tarde el Huáscar y la Independencia
En 1873 el chileno José Santos Ossa descubre ricos yacimientos de salitre, algo que despertó un mayor interés por explotar este mineral en diversas empresas.
Aires de guerra
En 1873 Perú y Bolivia firman un acuerdo secreto de Alianza Defensiva contra “una tercera potencia”, al cual invitan a la Argentina, pero esta no se une.
Perú estaba interesado en controlar el comercio mundial de guano y salitre. Entre 1875 y 1878 debido a una crisis económica mundial, el Perú nacionalizó numerosas empresas extranjeras incluyendo las chilenas y constituyó un monopolio gubernativo que le permitía exportar todos los fertilizantes producidos dentro del país. En esta estrategia participaron dos empresas británicas: la casa Gibbs para la producción y la casa Dreyfus para la comercialización. Existió una colusión entre Bolivia y el Perú para manejar la industria del salitre, Bolivia colaboró arrendándole y vendiéndole sus depósitos de nitrato al Perú y este último presionó a Bolivia para que expulsara la influencia chilena de su litoral ya que la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta la cual era de procedencia chilena no le permitía al Perú manejar los precios a su conveniencia.
En 1874 se firma otro Tratado de Límites que anula el anterior y al mismo tiempo mantiene el límite en el paralelo 24º pero elimina la zona de beneficios mutuos a excepción de la del guano. Bolivia se comprometió a no aumentar durante un período de 25 años los impuestos a las personas, capitales y negocios chilenos dentro de los paralelos 23º y 24º en donde se ubica el puerto de Antofagasta. El censo de 1875 señaló que la mayoría de la población de Antofagasta era chilena con 4530 residentes chilenos contra 419 bolivianos, en 1879 esa cifra aumenta a 6554 chilenos y 1224 bolivianos.
En 1879 el presidente boliviano Hilarión Daza aumenta en 10 centavos el impuesto a las salitreras chilenas por 100 kg de nitrato exportado, e intentó limitar la producción de la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta a 5000 toneladas mensuales, la compañía era capaz de producir 7000 toneladas al mes. La compañía se negó a estas nuevas medidas que consideró ilegales. Perú estaba deseoso de completar un monopolio salitrero, por lo que incentivó a su aliado Bolivia a aplicar la medida. El gobierno boliviano anunció el 1 de febrero la expropiación de las salitreras chilenas y puso una fecha para el remate de estas, el 14 de febrero de 1879. Todo esto desconocía el Tratado firmado entre Chile y Bolivia en 1874, algo que fue interpretado en Chile como la anulación del Tratado y por lo tanto se debía reponer lo que consideraba el límite anterior a los dos últimos Tratados.